martes, 20 de mayo de 2014

¡Hasta Pronto!

Esta es de momento mi última entrada y la más personal también. Especifico “de momento” porque ya he cumplido el objetivo que tenía que alcanzar, que era publicar diez entradas, y porque la cantidad de cosas que tengo que hacer y estudiar en estos momentos y el escaso tiempo del que dispongo, me impiden continuar con este proyecto, pero por ahora. Este no es un adiós, es un hasta luego.

No esperaba que fuera a aprender tanto con este blog, pero he conseguido adentrarme en un mundo, el mundo del turf, que desconocía por completo y he aprendido bastante de éste. Me llevo muchos conocimientos y sobre todo experiencias, porque he disfrutado mucho haciéndolo, y aunque al principio lo veía un poco complicado al final ha salido todo sobre ruedas.

Es cierto que me ha ocupado bastante tiempo, pero ha merecido la pena porque mi esfuerzo se ha visto recompensado en felicitaciones y en un número de visitas que jamás me imaginé. Ahora solo queda sacar también una buena nota.

Y para terminar, quiero hacer algo que no he hecho en ninguna entrada y creo que esta lo merece, sobre todo siendo la fotografía el fundamento de este trabajo, y esto es seleccionar mis fotos favoritas de todas las que he reunido para el blog y comentarlas. Espero que os gusten tanto como a mí…¡Allá van!


Esta es sin duda mi foto favorita porque fue el primer día que asistí a una carrera de caballos y me pareció increíble la velocidad a la que estos pasaban, casi imposible de fotografiar, pero tras muchos intentos, en una de las carreras de la mañana, conseguí captar esta foto en la que justo el caballo ganador, que se separaba del segundo por una distancia mínima, atravesaba la meta.

Me gusta también mucho el encuadre que le di, así como el desenfoque del fondo respecto a las dos figuras centrales que son el punto de atención.

Es una foto de la que me siento muy orgullosa, porque fue de las primeras que hice para este proyecto y me encantó el resultado, tanto que no creía que pudiese ser mía. Quizá para otras personas no sea tan buena, pero para mí significa mucho, porque me animó a continuar con el trabajo.


La segunda foto es de otra de las carreras de esa mañana y me gusta tanto por la combinación de elementos que aparecen en ella. El caballo con su jinete a la izquierda, siendo el foco de atención, cumple la regla de los tres tercios. Y junto a ellos, la perspectiva de la pista a lo largo y las torres de fondo, detrás del monte. Creo que la composición le otorga una gran belleza.


Esta foto creo que técnicamente está demasiado saturada, pero quitando ese fallito, me gusta por su perspectiva, que parece inclinarse a la izquierda. El encuadre también creo que es muy correcto. Parece como si estuviese viendo la carrera desde el lugar más privilegiado porque se aprecia perfectamente la posición de los caballos. Y en su conjunto me parece una foto muy buena.


Esta otra la he elegido porque me llama la atención el contraste del color de la piel del caballo con el resto de la escena. Me parece un caballo muy bonito. Y la imagen representa el momento en el que los propietarios van a recibir el trofeo que su caballo ha ganado. Este es el momento culmen de la carrera. El momento en el que el esfuerzo del caballo, del jockey y de su entrenador se ve recompensado.


La magia de la siguiente imagen reside en lo difícil que resulta ver a un caballo tumbado, pues como me dijo Juan José (de la entrada anterior): “¡¡Hazle una foto que este es un momento único, los caballos nunca se tumban!!” Y ahí estaba este caballo tumbado, descansando y tan tranquilo mientras le hacía la foto. Además me parece tremendamente bonito.


Esta foto puede ser muy mala porque está bastante movida y mal enfocada, pero a mí me gusto personalmente desde que la hice porque refleja a la perfección la fuerza que desprendía ese caballo. Un caballo imparable que parecía un remolino más que un animal. Desde que salió a la pista no paró de correr con una fuerza y una destreza de movimientos que no dejaban indiferente a nadie.


Esta es la última foto que he elegido y lo he hecho porque es el caballo más pequeñito que he visto de todos. Fue en la Yeguada de la Cartuja, y la cría, con escaso tiempo de vida, se encontraba en una cuadra aparte junto a su madre que la cuidaba. Me pareció una imagen preciosa. En un principio quise sacar a los dos juntos, pero unos barrotes me lo impedían, así como que la madre se acercaba a mi cámara demasiado y tenía miedo de lo que pudiera ocurrirle.

Espero que os hayan gustado las fotos, y si queréis verlas todas, no dudéis en entrar en el Flickr de este blog, al que se puede acceder pinchando en el icono que aparece al lado derecho del título.

Por último, y aunque sea lo primero, quiero dar las gracias a todas las personas que me han ayudado a sacar el proyecto adelante, porque sin su colaboración no habría sido posible. Muchas gracias por todo y a todos.


¡¡Hasta la próxima!!


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